quien puede quitarte esta alegría Unión

No se si será el año tan esperado de los tatengues, pero si puedo afirmar que emociones tan hermosas como las que ha cosechado el equipo de Kudelka hasta aquí, en que emparejó la punta con Atlético de Rafaela, no se podrán borrar de las retinas y del corazón de sus hinchas. Aún restan 15 fechas y el próximo partido es con Instituto de Córdoba y vendrán todas finales en este camino emprendido. La fanaticada sabe que es difícil, pero tienen todo el derecho a ilusionarse, a llenar su cancha de júbilo y casacas rojiblancas, alfombrar sus corazones con las rosas del mejor jardín porque semejante sueño se lo merece. Rosales selló un partido que tuvo pocas fisuras, pero no a la hora de defender ni de concretar los goles que debían tener los que sostienen el fútbol de la avenida, la gente del cemento y las banderas, el que vende choripán en la vereda, la viejita de 89 años que escuché en la previa por una emisora que canta los goles como ninguna otra, porque eso mi viejo, es toda una ciencia, no lo dudes. Y cuando el "lungo" Quiroga metió la cabeza me sentí en la tribuna, y también en el segundo de Velázquez por su forma rara, pelota que se iba, taco y bola que pasa detrás de Nereo y empalma el negro casi temerariamente hacia arriba pero ya no importaba porque fue presa de la red. El fútbol se vive así, gol a gol, punto a punto, salga "pato o gallareta", gota a gota de sudor y lágrimas. Por José lópez.