Hablar de dentro

Seguir solamente las noticias en ocasiones de triunfo o buenas performances es sencillo, nuestra forma es no ir detrás del estruendo sino estar después de la onda expansiva. El valor de los logros sigue siendo el mismo y hasta se aquilata visto desde otra perspectiva. Adrián Berrio nos cuenta de su experiencia con Juan Ignacio, “Nachito” para nosotros, donde pone corazón y alma en su decir.
En el inicio quiero resaltar la percepción del profe respecto a Juan Ignacio, que al conversar con sus padres, les dijo que entre los chicos especiales, él es especial, y se entiende, es como si el pibe tuviera una tonalidad distinta en su personalidad. Algo que he recogido estos día de gente amiga. (JL)
“En los días que transcurrió la competencia donde Juan ganó su pasaporte a Grecia – sigue Berrio - hasta el chófer que nos transportaba del alojamiento al lugar de competir, estaba sumamente complacido por la buena onda que le ponía a toda la movida. Era el que manejaba la batuta y animaba las canciones cuando viajaban en el “cole”, y ya donde el lugar del evento, se acercaba a todos sus compañeros con una ternura que daba envidia. A la noche se organizó un pequeño baile y verlo danzar con una chica down a la cual le faltaba una mano fue enternecedor, para él fue algo común y natural. Otra de las noches cuando llegaron al alojamiento (el siempre se sentaba en el 1er asiento), Juani bajó primero y se puso en la puerta y con toda la amabilidad del mundo ayudó a descender a cada uno de los chicos, voluntarios y profes incluidos. ¿Te ayudo a bajar del cole?, preguntaba y los tomaba de la mano, y hasta que no bajó el último del colectivo no se fue.
Todos estos recuerdos están registrados en videos – dice Adrián – aunque no son todas flores con Juan porque cuesta hacerlo entrenar, sobre todo cuando no le salen los ejercicios y con la preparación física. Le quiere escapar a la parte dura del entrenamiento pero, poco a poco va entrando en sintonía.
No hubo persona en el evento que no supiera quién era, no pasó desapercibido por que se daba con todos, y por encima del nivel que mostró en sus series de rutina, estaban asombrados con su trato de igual a igual. Las Olimpiadas Especiales no son exclusivas para down como la gente cree – sigue el profe - de los más de veinte chicos que estaban allí por la cuestión deportiva, Juani era el único down. Los otros eran con problemas leves que para detectarlos había que ser un poco especialista, sus discapacidades no se notaban y había otros con retrasos mentales un poco más severos. Por eso lo de Juani es doble mérito - va finalizando Adrián – y hay un libro escrito por un Doctor francés que tiene un hijo down y dice de él, que es como una hostia blanca sin mancha y pura, que se entrega sin pedir nada a cambio. Para mi eso es precisamente Juani, una hostia blanca”. (Adrián Berrio)